Joi was a true dominatrix who loved humiliating her submissive men and making them beg for mercy while she tormented them with pleasure and pain. Siempre le había fascinado el voyeurismo y decidió poner a prueba a uno de sus vecinos. Sabía que el tipo de al lado la había estado espiando a través de su ventana, así que ideó un plan para pillarle con las manos en la masa. Se puso ropa ajustada y se puso a bailar delante de su ventana, sabiendo que él la estaría mirando. Y así fue, le pillaron y, cuando Joi se enfrentó a él, le confesó todo. No pudo resistirse a la oportunidad de divertirse a su costa, así que lo ató y lo amordazó, y procedió a provocarlo hasta que suplicó que la liberara. Jugó con su polla, masturbándola hasta que estuvo a punto de correrse, pero se detuvo justo antes de que pudiera hacerlo. En lugar de eso, le hizo tragar hasta la última gota como castigo por sus malas acciones. Después, lo dejó ir, pero no sin advertirle que no volviera a meterse con ella o volvería para humillarlo y castigarlo aún más.