La morena gallarda llamada Srta. Gallardo siempre era perezosa en el trabajo y no le importaba una mierda nada. Su jefe, el Sr. DeFrancesca no podía soportarlo más así que decidió tomar cartas en el asunto. La llamó a su oficina y le dijo que si quería conservar su trabajo, tenía que ponerse a follar analmente o de lo contrario sería despedida en el acto. Ella aceptó, pero sólo porque necesitaba el dinero, no porque quisiera hacerlo.