Una joven adolescente, de no más de 18 años, estaba de vacaciones con su familia en una playa nudista de California. Siempre había sentido curiosidad por estar desnuda en público y decidió aprovechar la oportunidad. Mientras caminaba por la orilla, se dio cuenta de que un hombre mayor la observaba atentamente desde detrás de sus gafas de sol. Se acercó a ella y se presentó como fotógrafo especializado en vídeos porno amateur. Le dijo que le parecía perfecta para su próximo proyecto y le ofreció dinero si estaba dispuesta a hacer algunas sesiones en solitario. La chica dudó, pero le intrigó la idea de ganar dinero mientras se divertía delante de la cámara. Aceptó y quedaron en verse ese mismo día en un lugar apartado de la multitud para rodar juntos la primera escena.