La joven nunca había visto nada parecido. Estaba delante de la consulta del Dr. Smith y se sentía muy nerviosa. Sus padres la habían enviado aquí para que el buen doctor la examinara porque estaban preocupados por su himen. Al parecer, su hija aún era virgen y querían asegurarse de que no lo perdiera demasiado pronto. No se imaginaba el tipo de examen que le haría el apuesto médico.