Un grupo de adolescentes decidió que ganar dinero con vídeos porno era su única opción después de quedarse sin dinero y sin casa. Empezaron por grabarse a sí mismos practicando sexo delante de las cámaras completamente desnudos. Cuanto más explícitos eran los vídeos, más alto era el precio que podían obtener por ellos. Pronto se dieron a conocer como unas de las putas más calientes de la ciudad, capaces de hacer cualquier cosa por dinero. El dinero manda, y a estas chicas les vino de perlas, ya que ganaron montones de dinero vendiendo sus sensuales cintas.