Siempre le ha gustado correrse, pero hoy era diferente. Se sentía especial porque estaba en el estado mental y físico adecuado. Sus grandes tetas se movían arriba y abajo mientras se acariciaba el culo con una mano y se frotaba el clítoris con otra. Los cabellos rubios de su cabeza estaban desordenados, lo que la hacía parecer aún más sexy que de costumbre.